- “Si te esfuerzas y luchas, conseguirás todo lo que te propongas”: Si la LEY DE LA ATRACCIÓN fuera una máquina, el esfuerzo y la lucha no servirían como combustible para llevarte hacia tu destino. La vida no necesita lucha, necesita fluidez, necesita paciencia, necesita conexión con tu centro, para que éste, te lleve dónde te tenga que llevar.
- “Si alguien te ama de verdad, no te deja de amar así como así”: No pienses que el amor tiene que ser permanente; de ese modo tu vida será mucho más armónica. Tú no decides amar o dejar de amar. Tú solo puedes decidir estar o no estar con alguien, que nada tiene que ver con amar. El amor es como una brisa fresca, que puede permanecer o puede irse, pero nunca la encierres en una botella de cristal para que permanezca el máximo tiempo posible contigo, ya que, lo único que conseguirás, es que esa brisa fresca se convierta en un aire estancado.
- “El mejor sentimiento en esta vida es sentirte amado por alguien”: El mejor sentimiento en esta vida es no necesitar nada ni a nadie. Ni el éxito, ni un hombre, ni ser la persona más feliz del mundo. Es estar agradecido y en paz con tu ser, en cada etapa en la que te encuentres sin desear nada más de lo que tienes delante en este mismo momento. Un ser no es un recipiente que necesita ser llenado, sino madera que necesita encenderse. Y solo en tu interior se encuentran las cerillas. Aquí no vale el: “disculpa, ¿tienes fuego?”.
- “Siento dolor porque soy humano”: Sientes dolor porque sientes incomprensión ante una situación que no acabas de entender. Ser humano es ser un alma con una capacidad de trascender todos y cada uno de los aprendizajes que la vida te pone delante. Por lo tanto, siendo humano puedes sentir dolor, pero el hecho de sentir dolor no te hace ser humano.
- “Te mereces lo mejor”: Te mereces lo que tienes, ni más ni menos. Todo lo físico es transmutable, al igual que todo el mundo espiritual interior de cada ser. Una vez decidas cambiar por dentro, cambiarás por fuera y de un momento a otro pensarás “ahora sí que tengo lo que merezco”, cuando siempre fue así.
- “Al final, el tiempo acaba curando todas las heridas”: La herida no la sana ni el tiempo, ni los porros, ni otro clavo. La herida solo cicatriza cuando la entiendes. Quien no es valiente para dejar la herida abierta para que sane, no se llegará a curar nunca y esto podrá desencadenar en traumas que marcarán patrones de conducta en posteriores situaciones.