¿Qué es la inspiración?, ¿cómo se llega a encontrar a la misma?, y, por último, ¿hay algún método eficaz para llegar a estar inspirado?
[dropcap]E[/dropcap]sta es una pregunta que nos sugieren las auténticas obras maestras, aquellas creaciones y actuaciones geniales que algunos hombres han logrado plasmar como si hubiesen estado dirigidos por unas fuerzas especiales. ¿Cuál fue la mágica chispa que los llevó de la mano? ¿Qué corrientes extraordinarias supieron seguir?
¿Existe solo un camino para llegar a la inspiración?
Esa es también la pregunta que nos acosa personalmente en esos momentos en que estamos deseosos de expresar lo mejor de cuanto sentimos y pensamos, aunque sin saber cómo hacerlo. Y es, asimismo, lo que nos preguntamos cuando nos hallamos vacíos de ideas y emociones, cual si fuésemos un saco de piel y huesos sin otra posibilidad de vida.
Entonces recordamos a los grandes creadores, a los que supieron entrar en contacto con la inspiración arañando su secreto. ¿Podríamos asegurar que existe un puente entre los hombres y el mundo de las ideas, capaz de establecer ese vínculo que llamamos inspiración? Tal vez no haya un solo puente, un único lazo entre nosotros y aquello pues, si así fuese, los que pudieron atravesar el puente nos habrían contado cómo lo hicieron y dónde llegaron. Tal vez cada hombre deba tender sus propias redes, con sus propios medios, y en esto radique el misterio del despertar de la inspiración.
Ningún gran artista ve las cosas como realmente son. Si lo hiciera, dejaría de ser artista.Oscar Wilde
Además, mucho me temo que en este proceso poco y nada tenga que ver la mente racional de la que hemos hecho el símbolo distintivo del hombre. La experiencia indica que cuanto más insistamos con la razón más nos alejamos de la inspiración.
Evita la filtración de mensajes
Decían los antiguos sabios que el secreto consiste en convertirse en cañas huecas… y dejar que por ellas corra la intuición. Y entonces es cuando se produce el milagro: nosotros seguimos vacíos –huecos, más que vacíos– y un tropel de imágenes nos desborda, obligándonos a actuar extraordinariamente rápido. Lo que no se diga, no se pinte, no se escriba o no se elabore en ese instante, quedará perdido. No se trata de obras exactamente nuestras; algo o alguien nos las da, y lo nuestro es captarlas y transmitirlas. Es un momento de éxtasis, de contacto con un mundo diferente al nuestro, más sutil, más bello, más perfecto en todos sus aspectos. Es como disponer de un aparato receptor de gran sensibilidad, pero del que desconocemos su funcionamiento y su manejo. Solo podemos aprovecharlo cuando está en marcha.
Disponemos de varias descripciones, más o menos inspiradas, que nos dan una posible clave de interpretación. Si hay afinidad entre nuestras vibraciones personales y ese mundo de ideas perfectas que queremos alcanzar, el contacto se establece con solo desearlo fuertemente. Está en nosotros, pues, desarrollar y alimentar esas corrientes de simpatía acordes a cuanto de bueno y bello queremos captar y transmitir. Está en nosotros abrir las puertas a la inspiración.
Y cuando volvamos a preguntarnos: ¿qué es la inspiración?, es probable que sigamos sin tener una respuesta concreta; pero sí tendremos en cambio la extraña y maravillosa sensación de haber sido rozados por un halo prodigioso que viene desde más allá del tiempo y del espacio, de la eterna fuente en la que todos, alguna vez, hemos soñado beber.
El arte nos permite encontrarnos y perdernos al mismo tiempo.Thomas Merton
- Bibliografía:
– Extracto sacado del libro: Reflexiones de un filósofo, Delia S.G.(2002)
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