CRÍSTOFER CALZADA

El enfado: ¿un camino sin salida?

Si te preguntas si el enfado por sí solo está mal, la respuesta es no. Es una reacción totalmente normal. Sin embargo el enfado es una emoción que debe salir de nosotros de alguna manera, debe ser manifestada, liberada…y aquí es donde debemos poner toda nuestra atención, en cómo manifestamos el enfado.

enfado

Las reacciones que normalmente manifiestan la mayoría de las personas al estar enfadadas son:

  • Reprimir: éstas personas, toman el enfado muy calmados, no lo manifiestan, adquieren una actitud pasiva que en ocasiones puede ser beneficioso; sin embargo, es totalmente tóxico para ellas mismas porque como dijimos al principio, el enfado debe y tiene que ser expresado, liberado de nuestro interior, por lo tanto quienes no lo hacen se están condenando a acumular resentimientos, tristezas, y esto casi siempre puede terminar en depresión.
  • Explotar: éste grupo de personas suelen estar muy ligeras ya que no se guardan nada de lo que piensan o sienten, son personas que fácilmente demuestran que algo no les parece o no están a gusto en algún lugar o con algunas personas. Pero, pocas veces manifiestan su enfado de manera razonable, pueden ser incluso violentas, no miden sus palabras ya que muy rara vez piensan en las demás personas, lo único que les preocupa es evidenciar lo que sienten sin importar como lo interpreten los demás. No saben controlar su enfado y son intolerables casi que a cualquier cosa que no les parezca.
  • Control de las emociones: finalmente tenemos al grupo de personas más escasas y admirables, éstas que saben evidenciar lo que sienten de la mejor manera; entienden que expresarse en pleno enfado no es la mejor opción, prefieren calmarse y buscar el momento y el lugar adecuado. No se reprimen ni explotan, mantienen un equilibrio que les proporciona tranquilidad y los hace saber expresar lo que sienten sin agravar ninguna situación ni hacer sentir mal a otras personas aun cuando creen tener razones para hacerlo.

Es importante que la persona que está enfadada entiende que es un mal de ella solamente; echarle la culpa a los demás de nuestras reacciones es un acto inmaduro y poco razonable, independientemente de cómo nos traten las demás personas, somos los responsables de saber reaccionar.

Manejar el enfado es reconfortante para nuestro espíritu. Controlar lo que sentimos cuando estamos en pleno disgusto nos hace personas sabias y de buen vivir, además que se puede motivar a otros con el ejemplo a que aprendan a evidenciar sanamente lo que sienten.

Controlar lo que sentimos cuando estamos en pleno disgusto nos hace personas sabias y de buen vivir, además que se puede motivar a otros con el ejemplo a que aprendan a evidenciar sanamente lo que sienten.Luisana Aláez

 

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