Estando en multitud, se borran las adquisiciones individuales, desapareciendo así la personalidad de cada uno de los que la integran. Lo inconsciente social surge en primer término, y lo heterogéneo se funde en lo homogéneo.
[dropcap]D[/dropcap]iremos pues, que la superestructura psíquica, tan diversamente desarrollada en cada individuo, queda destruída, apareciendo desnuda la uniforme base inconsciente, común a todos. De este modo se formaría un carácter medio de los individuos constituidos en una multitud.
Le bon, manifiesta que, tales individuos además muestran nuevas cualidades, de las cuáles antes carecían y halla la explicación de este fenómeno en tres diferentes factores:
El primero de ellos es que el individuo, integrado en una multitud, adquiere, por el simple hecho del número, un sentimiento de potencia invencible. Por ello, puede permitirse ceder a instintos que, antes, como individuo aislado, hubiera refrenado forzosamente. En consecuencia de este primer factor, desaparecerá para él, el sentimiento de la responsabilidad (el poderoso y constante freno de los impulsos individuales).
Una segunda causa, según nos dice Le bon es, el contagio mental. El contagio es un fenómeno fácilmente comprobable, pero inexplicado aún. Dentro de una multitud, todo sentimiento y todo acto son contagiosos, hasta el punto que el individuo sacrifica muy fácilmente su interés personal por el interés colectivo, actitud contraria a la naturaleza.
Una tercera causa, la más importante, es la sugestibilidad, de la que el contagio, antes señado no es además, sino un efecto. Sabemos hoy, que, un individuo puede ser transferido a un estado en el que habiendo perdido su personalidad consciente, obedezca a todas las sugestiones de un hipnotizador. Ahora bien, detenidas observaciones parecen demostrar que el individuo sumido algún tiempo en el seno de una multitud, cae pronto, a consecuencia de los efluvios que de la misma emanan, en un estado particular, muy semejante al estado de la fascinación del hipnotizado entre las manos de su hipnotizador. Paralizado la vida cerebral del sujeto hipnotizado, se convierte éste en esclavo de todas sus actividades inconscientes, que el hipnotizador dirige a su antojo. Por lo tanto, la personalidad consciente desaparece; la voluntad y el discernimiento quedan abolidos. Sentimientos y pensamientos son entonces orientados en el sentido determinado por la multitud o masa colectiva.
En una multitud la personalidad consciente desaparece; la voluntad y el discernimiento quedan abolidos.Sigmund Freud
Es decir, la influencia de la sugestión lanzará al individuo con un ímpetu irresistible, a la ejecución de determinados actos que por sí solo no haría.
En conclusión, la desaparición de la personalidad consciente, el predominio de la personalidad inconsciente, la orientación de los sentimientos y de las ideas en igual sentido, por sugestión y contagio, y la tendencia de transformar inmediatamente en actos las ideas sugeridas, son las principales características del individuo integrado en una multitud.
La sugestión lanzará al individuo con un ímpetu irresistible, a la ejecución de determinados actos que por sí solo no haría.Gustav Le Bon
- Bibliografía:
– GUSTAV L.B (1895), “Psicología de las multitudes”.
– SIGMUND FREUD (1921), “Psicología de las masas y el Análisis del Yo”.