El Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (el famoso DSM) y la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE) nos dicen una serie de características para el diagnóstico de prácticamente cualquier trastorno. El problema, es que las personas que no conocen de psicología (y hasta las que sí) suelen ver trastornos por todos lados y se la pasan diagnosticando a medio mundo sólo con los criterios diagnósticos de dichos manuales.
Es por ello que hago este post, para dar una pequeña (y muy general) guía de lo que sería un trastorno o comportamiento anormal, porque, si lo único que contara para diagnosticar un trastorno fuera cumplir con los criterios de diagnóstico de un manual, entonces todo el mundo tendría uno, y no es así.
Para diagnosticar un trastorno, además de cumplir con criterios diagnósticos, también debemos observar que se cumplen otras cosas básicas:
1) Angustia: La persona debe sentir angustia o malestar con la conducta o problema que presenta. Si la persona no siente esto, entonces probablemente sea sólo un comportamiento raro, pero que no es malo para esa persona.
2) Deterioro: Esto se refiere a qué tanto la conducta o el problema interfiere con las actividades cotidianas de la persona, como el trabajo, la escuela o relaciones interpersonales. Si no hay problemas en que él o ella se desempeñe normalmente en su vida cotidiana, debemos pensarlo dos veces antes de diagnosticar un trastorno.
3) Riesgo para otros o sí mismo: Otra cosa a considerar es si la conducta o el problema de la persona es un riesgo para su integridad o la de otras personas. Si no representa ningún riesgo para nadie, es menos probable que lo que estamos viendo sea un trastorno.
4) Comportamiento social y cultural inaceptable: Esto quiere decir que debemos observar si lo que presenta la persona es algo que no se espera de ella en la cultura y contexto social en el que se encuentra o fue criada. Si la persona presenta conductas que son comunes en el contexto donde está o donde fue criada, debemos atribuir esas conductas a dicho contexto, no a un trastorno (Halgin, 2009).
En resumen, si a una persona cumple con todos los criterios de diagnóstico de un trastorno, pero no siente angustia, no le afecta en su vida cotidiana, no es un riesgo para nadie y su comportamiento no es inaceptable en el lugar donde se encuentra (como un delito, por ejemplo), entonces esa persona no tiene un trastorno, solamente es diferente o poco común, y no hay nada de malo en ello.
Así que, antes de que te autodiagnostiques o diagnostiques a alguien más viendo si cumple(s) o no con los criterios de diagnóstico de los manuales, recuerda al menos estos cuatro puntos que he explicado. Además, recuerda que un diagnóstico es válido si y sólo si es realizado por un profesional de la salud mental con licencia, no hagas caso a quienes digan que son capaces de diagnosticar sin tener una formación en psicología clínica o psiquiatría.
Espero que este artículo sea de ayuda y sirva para aclarar que hablar de trastornos no es tan sencillo ni debe tomarse a la ligera.
- Referencias:
Halgin, R. P. y Whitbourne, S. K. (2009). Psicología de la anormalidad. Perspectivas clínicas en los trastornos psicológicos (5a ed.). México: McGrawHill