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¿Es normal pensar diferente en verano que en invierno?

Para plantearnos tal pregunta, primero vamos a ver qué es el pensamiento. La palabra pensamiento es derivada del verbo “pensar” la cual viene del latín pensare y esta a su vez de la palabra pendere, de donde también viene la palabra pender. Literalmente, la palabra “pensar” hace referencia a poner o colgar en balanza dos situaciones, por supuesto pueden ser más, y es aquí cuando entra otra variable, evaluar, pero de ella no hablaremos ahora. En el idioma Inglés, pensar se traduce como think, y en alemán pensar es denke. Ambas think y denke hacen alusión a la palabra “gracias”, thanks y danke, respectivamente en inglés y alemán. Lo cual viene muy ad hoc con pensar y agradecer. No es casual que en Estados Unidos, Canadá y otras partes del mundo se celebre “El día de acción de gracias” y tampoco es casual que sea el 22 de noviembre. Esta fecha es próxima al invierno y se encuentra dentro de la estación otoño, y ¿qué creen? Otoño en inglés es fall, que literalmente tiene el significado de caer, haciendo alusión a las hojas de los árboles que caen.

De verano a invierno hay una estación entre medias, otoño, dar gracias involucra pensar pero también involucra el acto de “caer”, incluso en muchas partes del mundo, sobre todo en las zonas hispano-hablantes donde se utiliza la frase “me caes bien” para referirse a alguien que resulta muy agradable. Así pues, pensar, agradecer y caer van de la mano. Por supuesto, que influyen mucho las condiciones climáticas del entorno o país donde se viva, no es lo mismo un invierno en Estados Unidos y Canadá o el Norte de México, que un invierno en Brasil o Colombia o algún país del continente africano.

Pero, ¿los pensamientos realmente varían según la estación del año?

El pensamiento está dado como un resultante entre procesos climáticos, culturales, regionales, familiares, etc.,  y, claro, que el pensamiento varía de acuerdo a la estación del año, ya que por ejemplo, en invierno las personas suelen ser más depresivas o melancólicas y en primavera o verano suelen ser más alegres, esto en términos generales, ya que hay algunas excepciones.

Por lo tanto, en términos generales, podríamos afirmar que pensamos diferente según la estación del año, ya que en primavera la gente “se levanta”, o se le “levanta el ánimo” y en invierno a algunas personas se les “baja la moral”, “cae la moral o el ánimo”, digamos que otoño (fall) es el preludio o la invitación a que el ánimo caiga o decaiga. Sumando las creencias religiosas y costumbres de la celebración navideña y de año nuevo, las cuales añaden una pizca más de tristeza, añoranza o sentimentalismos varios para algunos.

Pues bien, ¿pensamos de manera diferente en verano que en invierno? Ciertamente, sin embargo, aunque las estaciones del año influyen en el pensar-acontecer humano, no son determinantes.

¿Cómo evitar deprimirse en invierno (o en cualquier parte del año)?

Es muy simple mantenerse alegre o cuanto menos en un estado de paz, es tan simple que incluso resulta chocante esa simpleza, hay una palabra que lo cambia todo, tan simple y tan difícil a la vez, esa palabra clave es: responsabilidad. Así de simple, así de difícil. Hacerse responsable de los propios actos, pensamientos, emociones, actitudes y aptitudes. En general, se tiene la costumbre de culpar “al otro”, todo mundo es culpable menos Yo, ¡Vaya ego! En la medida en que la persona se haga responsable de sí misma, creará mayor confianza para sí y para sus actividades en la vida cotidiana, lo cual es diferente a crear un ego inflado, lo que se infla se desinfla y cuando se desinfla, surge la tristeza o melancolía, surge ese dichoso fall, que por cierto también se utiliza para la palabra o frase en inglés enamorarse: fall in love, ¿usted ha caído en el amor? Podemos caer en depresión, pero ¿podemos caer en amor? Ciertamente sí.

En la primavera, la estación del amor, uno también cae, de hecho, por lo menos aquí en México (que es desde donde escribo este artículo), cuando una mujer enamora a un hombre, se dicen frases tales como: “cayó en sus redes”, “cayó redondito”, también para referirse a una persona a la que le han dicho alguna mentira y se la creyó, se dice “cayó redondito”, incluso cuando comprendemos algo o pensamos algo de manera fortuita y que es muy importante o útil, decimos “me cayó el veinte”, una frase que indica el ¡Eureka! de Arquímedes.

Pues bien, si usted ha caído enamorado o enamorada, o ha caído en depresión, siempre mantenga en mente que considerarse responsable (no culpable) de cada acontecer en su vida hará que usted tome las riendas de todo su sentir y pensar plenamente. Espero que te haya caído el veinte. Si fue así: ¡Feliz caída hacia arriba!

Es muy simple mantenerse alegre o cuanto menos en un estado de paz, es tan simple que incluso resulta chocante esa simpleza.
Juan Manuel de Ángel

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Juan Manuel de Ángel

Amo el arte y las letras. Soy psicólogo y filósofo de profesión y mi pasión es la espiritualidad y el budismo. Buda decía: el mundo está lleno de personas agradables, si no puedes encontrar una, sé una.

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